¿Comemos realmente lo
que comemos? ¿O más bien se trata de una alteración genética de los productos
que consumimos? Uno de los ejemplos más claros y
evidentes es el que podemos desarrollar con el caso de los tomates. Para ello, se ha realizado un estudio.
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TOMATES |
Tomates originarios
Los primeros tomates que existieron apenas se parecían a los
actuales. Hace siglos no eran más que bayas
con un sabor muy desagradable, todo lo contrario a lo que vemos hoy en día
en el supermercado, en donde prima la apariencia física para comprarlo: la
comida nos entra por los ojos.
Américas
Cuando Hernán Cortés y
los primeros occidentales llegaron a Perú y a México se encontraron
estos frutos, los cuales ya habían evolucionado ligeramente gracias a la
intervención de los indígenas. Una de las mejoras más destacadas que hicieron
fue la de la ampliación de su tamaño y dimensiones. Anteriormente, apenas tenían un centímetro de diámetro.
Genoma
No vamos a entrar en debate con los productos que se alternar genéticamente: los cuales se
realizan principalmente para producir mayor cantidad, y por tanto, para vender
más. Sino que nos centraremos en los tomates
ecológicos. Aunque no te lo creas, siguen siendo muy diferentes a los
primeros que poblaron la tierra, y no solo porque ahora sean más grandes. Una
Universidad china afirma que se ha
alterado el genoma
de los tomates hasta en un 25%.
Tómate perfecto
Existen muchas discrepancias por lograr el tomate perfecto. ¿Cuál
sería? ¿El original o el actual? Porque la evolución y las técnicas de cultivo
han puesto mucho de su parte. En cualquier caso, la mayoría de opiniones
coinciden en que el tomate perfecto tiene que cumplir el requisito de ser ecológico, ya que tiene mucho más
sabor y es más auténtico.
Por ese motivo te lanzamos la pregunta: ¿a ti cómo te gustan los tomates?
Te invitamos a visitar:

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